Sunday, September 21, 2014

La desalpe

Volvemos a la Fouly esta vez con los niños para asistir a una fiesta tradicional alpina (o al menos de Valais): La desalpe o bajada del ganado desde las majadas en altura al finalizar el verano.

Para la ocasión se engalanan las vacas con motivos florales, con cierta tendencia al barroquismo en el adorno:




Se hacen sonar los cencerros (cloches de vaches)

Y los parroquianos ataviados con el traje típico tocan los tradicionales cornes des alpes (glaciar de l'A Neuve al fondo)




Y para acabar organizan la lucha de novillos (combat de reines), todas negras de Herens portando el cencerro identificativo del alpage


Pulido de cornamenta, por si acaso


Y ahi van

(sí, lo del fondo es una silla, estamos al pie de la pequeña estación del pueblo - una silla y dos arrastres)

Los combates se organizan por parejas y en eliminatorias hasta que la ultima y ganadora se proclama "la reina" del desalpe.

Normalmente no son violentos y muy raramente un animal es herido. Parece que el motivo es establecer la jerarquía en el grupo. Se enfrentan las cornamentas y el animal vencido se retira dejando el espacio al ganador.

Al pie de la valla alguno se llevó un pequeño susto...

Finalizamos la jornada como no podía ser de otra forma: raclette y fendant de Valais. Pas mal!




Monday, September 8, 2014

Val D'Arpette

Escapada en solitario al Val D'arpette aprovechando el finde "Rodriguez" de agosto.
El sábado, con peor pronóstico, ascensión al Moleson entre brumas y granizo, pero bien guiado por Antoine.
El domingo coche hasta Champex, localidad conocida por la CCC del UTMB o por ser etapa del tour al Mont Blanc. Salida desde el parking de la silla que hay a la entrada al pueblo. La senda al Val d'Arpette arranca desde el mismo parking en dirección oeste por un bosque a la orilla de un arroyo que sirve agua potable al valle.
Pronto alcanzo el valle que se abre en una planicie bien protegida en ambas vertientes. Al fondo, el Col des Escandies, 2796 m y una de las dos salidas naturales del valle hacia Trient.


Me encuentro algo de ganado con los clásicos cloches por el camino. El desalpe aun ha de esperar.

 Vista atrás al valle a media subida, cumbres de Verbier al fondo.


En la cota 2100 el camino se bifurca. A la izquierda la senda a Escandies, se aprecia en la foto. Yo tomo la derecha, hacia el otro col del valle, la Fenetre D'Arpette, 2665 m. Las caras norte aun aguantan nieve

La vista desde el collado hacia el fondo del valle, algunos picos nevados aparecen en el horizonte. Y esos pedreros recuerdan a Picos..


Pero aún mejor es la vista hacia el este, el valle que baja a Trient más profundo y con los Dents du Midi al fondo.

y sobre todo al sur al glaciar de Trient, espectacular y realmente al alcance de la mano desde el collado

Tras un infructuoso intento de remontar desde Trient hacia Escandies (desciendo hasta la cota 2300 m pero no veo un itinerario claro de subida al col desde el este), retorno a la Fenetre D'Arpette, bocata y bajada al coche por el mismo itinerario. Unos 1200 m de desnivel, espectacular primera exploración del valle y apunte para una próxima visita, idealmente en travesía y hacia Escandies.

Agradecimientos al amigo Blaise por la sugerencia!

Kandersteg estival

Ultimo finde de agosto y acometemos nada más y nada menos que el objetivo que nos habíamos marcado hace mas de un año, allá por junio de 2013 cuando visitamos el Chalet du Soldat: subir a un refugio alpino con toda la tropa y pernoctar una noche en las alturas!

Y qué mejor destino para tamaña empresa que el mítico Kandersteg, puerta de entrada al Oberland bernés y escenario de legendarias vías de escalada clásica en roca y hielo.
El refugio elegido es Underbärgli, terraza privilegiada sobre el Oeschinensee, pero no adelantemos acontecimientos..

Partimos en dirección a Kandersteg en patrulla con una Vito calmosa que no quiere pasar de 100 Km/h para ahorrar combustible. Sabio el amigo Alejandro y paciente su co-piloto, hermana de una, madrina de otro y tía de varios ;-)

Las vistas desde el parking del telecabina que sube a Oeschinen son prometedoras, aunque el cielo nublado es una incierta amenaza en el horizonte.

Descartamos el teleférico: el camino de subida al lago es muy recomendable, menos de 2 horas con los niños, 300 m de desnivel y vistas impresionantes al valle y a las cascadas que ignorando la estación estival surgen por doquier



La llegada al lago es una recompensa espectacular para este primer esfuerzo: situado a unos 1600 m de altitud, 1,5 km de largo por 1 km de ancho y rodeado en su mayor parte por un circo de caliza de unos 100 m de altura, agua azul turquesa y glaciares en lo alto. Probablemente uno de los lagos alpinos más espectaculares. Algunas instantáneas como muestra.





El paseo por la ribera del lago está decorado con esculturas en madera a cargo de KiK, la asociación cultural de Kandersteg. Se pueden alquilar kayaks para navegar por el lago, asi como disfrutar de una fondue en el turístico alpage que inevitablemente aparece en la entrada sur al lago. Esto es Suiza.


Una hora y otros 300 m nos plantan en el refugio de Underbärgli. La guardesa nos recibe con una cerveza que disfrutamos en la terraza con vistas al lago, antes de cenar. Qué mas se puede pedir?

Bueno, pues sí que se podía pedir algo más, como pronto descubriríamos durante la noche. Pero eso es un recuerdo que compartiremos con nuestros compañeros de habitación, la hornada de operarios de teleférico suizos graduados en 1997 que cada año celebran su título con una ruta por los alpes. Y como buenos comedores y bebedores, la noche fue larga..

Pero todo se acaba y la mañana siguiente nos recibió con cielo despejado y una vista aún más sugerente del lago y su entorno. Lástima que los glaciares no salen en las fotos, tomadas desde un móvil. Demasiado contraste de luz. Pero a ver quien carga por la Valens y una reflex. Y es que todo no se puede tener.






Algunos hasta se bañaron, y quizá tuvo sus consecuencias. Pero qué importa. Del baño sí nos acordaremos ;-)


En resumen, excursión muy recomendable y entorno espectacular. Habrá que volver a visitarlo, y en diferentes estaciones. La invernal promete!