En definitiva, presenta condiciones ideales para la práctica del esquí nórdico: el Jura es el paraíso del esquiador de fondo en Suiza y probablemente en Europa fuera de Escandinavia. Más de 200 km de pistas balizadas (ver aquí). Hay puntos de alquiler en cada paso de carretera alrededor de la zona de la Vallée de Joux que tenemos a poco más de media hora de casa.
Así que conseguimos que alguien se ocupe de los niños durante el sábado (planazo! gracias a la Famille Casale :-)) y nos dirigimos hacia el Col Du Mollendruz de mañana con los bocatas en la mochila y ganas de probar algo nuevo (bueno, re-probar..).
Por cierto, el uso del itinerario se paga, eso sí, a un módico precio (5 chf por persona, media jornada)
Aspecto del comienzo de la pista desde el col
Hay dos opciones para el esquí de fondo: clásico y skating. El primero lleva los esquíes en paralelo como por raíles de tren. El segundo requiere un movimiento lateral de los esquíes hacia los lados, efectivamente patinando. Nos decantamos por esta opción.
Para un esquiador alpino lo más chocante es el peso de las tablas (super ligeras) y la longitud de los bastones (larguísimos, un poco por encima del hombro). Las fijaciones son sencillas y las botas muy cómodas. Aunque en apariencia idénticos, los esquíes de clásico y skating son diferentes.
Y aquí el resultado, una vez "montados" en el invento
Lo más chocante es la ausencia de cantos! Cualquier subida o bajada es toda una aventura: una por el esfuerzo que requiere, la otra por el miedín que da tirarse cuesta abajo sin frenos.
Pero bueno, allá vamos! Alguien viene en lontananza..
Otro atractivo del Jura son las vistas, probablemente el mejor balcón de los Alpes
Con zoom, el plateau de Gros-de-Vaud (nuestro pueblín en algún lugar) y los Alpes del Oberland al fondo, alguno con buena vista reconocerá una de las caras norte mas famosas de Europa.
Al final casi 16 km de ruta con muy poco desnivel, que hemos bien disfrutado, y aprendiendo poco a poco la técnica del skating (no es fácil pero tampoco muy difícil, da gusto ver a los expertos progresando sin aparente esfuerzo).
Y como guinda, unos baños en los termales de Yverdon (por algo se llama Yverdon-les-Bains). Qué gozada!
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